Zen & Management

Orientarse en la vida.

                            Proyectos personales y laborales

Hay momentos en la vida de cada persona en los que es necesario redefinirse personal o laboralmente.  Algunas veces, las dos cosas a la vez. Cuando esto se da se suele vivir un tiempo de incertidumbre, ansiedad, estrés y miedo al futuro. Son respuestas emocionales muy naturales ante la necesidad de cambio. Nuestro sistema psico-emocional prefiere la estabilidad, lo predecible y la sensación de control. Cuando esto se trastoca, nos vemos afectados en mayor o menor medida según los recursos interiores de los que dispongamos. Los cambios pueden abrirnos posibilidades, horizontes y campos de exploración nuevos que tal vez no habíamos considerado anteriormente. Para que ello sea así, es necesario aprender una lección vital muy importante: la vida es una gran aventura que no podemos controlar totalmente. Cuando vemos en las películas de acción a los héroes que nos hacen disfrutar de sus distintas aventuras vemos varias cosas importantes a tener en cuenta:
  • Tienen una actitud abierta para enfrentar lo que llegue, aunque al principio puede sorprenderles o desagradarles.
  • Tienen un capital de recursos para poder plantar cara a las situaciones, se han estado entrenando física, mental o emocionalmente para ello.
  • No se hunden cuando pierden una batalla, siguen adelante aún con sus heridas.
Evidentemente no somos héroes de película, pero… cada uno de nosotros es el héroe de su propia vida. No por hacer cosas sobrehumanas, sino por vivir la vida lo más plenamente posible, con todo lo que eso comporta. No podemos ir más allá de nuestras capacidades, pero tenemos la ocasión de aprender, de atrevernos, de equivocarnos y de rectificar. ¿Sabes una cosa? los héroes de película se inspiran de los arquetipos psicológicos que compartimos todos. Hablan de ciertos aspectos que tenemos interiorizados y con los que podemos reconectar, a talla humana, sin exageraciones, claro está. No podemos hacerlo todo, ni somos capaces de cualquier cosa. Pero somos capaces de mucho. Con los años he comprendido que no existen los caminos únicos, ni tampoco los errores. Que cada vez que tomamos una vía, es una ocasión para sacar algo bueno de dentro y compartirlo con los demás y con el mundo. Tener un proyecto de vida claro significa descartar otros. Para ello, debemos decidir. Ahí está muchas veces el problema… decidir. No sabemos si nos vamos a equivocar. Nos da miedo. Nos paralizamos. Hay un momento para detenerse, sentir. Un momento para analizar. Un momento para pasar a la acción. Después volveremos a iniciar esta tríada, sentir, analizar y actuar. Debe ser algo que se repita constantemente para poder ir ajustándonos a las necesidades que surjan, nuestras, del mercado o de la vida misma. Si se siente bloqueo, si no se puede avanzar por más que se sepa que hay que hacerlo, entonces es el momento de pedir ayuda para desencallar la situación. Hay que comprender qué bloquea nuestro camino y superar dicho bloqueo. El mundo se nos presenta como una realidad compleja, no debemos sentirnos solos delante de dichas situaciones. Es natural dudar y es normal dejarse ayudar. Si este es tu caso, escríbeme y lo hablamos. Clica aquí para más información   o escríbeme a info@presencia zen.
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