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Nuestra relación con el dinero

artículo publicado en la revista CuerpoMente nº 237 con el título: La energía del dinero “Mucho faz’ el dinero, mucho es de amar: al torpe faze bueno e ome de prestar, faze correr al coxo e al mudo fablar, el que non tiene manos, dyneros quier’ tomar.” Os invito a releer entero el texto del Arcipreste de Hita (1284 – 1351). Parece escrito hace dos días por cualquier periodista u observador de la situación actual. Tampoco está nada mal el poema satírico de Quevedo (1580 -1645), “Poderoso Caballero es don dinero”. ¡Y es que la cosa viene de lejos! Es un tema complejo que nos atañe a todos. Se unen en él preconcebidos, necesidad, tabúes, apariencias, rencores, avaricia y un largo etcétera de temas personales y sociales. En nuestro país, hablar de dinero nos resulta difícil. Os pondré un ejemplo. Una amiga me hablo hace tiempo de una experiencia que tuvo en internet, precisamente en una web de citas. Se inscribió en la pagina española y en la belga, dada su doble nacionalidad. Le resulto curioso ver que en tema de dinero, los belgas no tenían ninguna dificultad en exponer públicamente su salario, mientras que los españoles no lo hacían en absoluto. ¿Pudor, miedo? No es fácil responder, pero es interesante constatarlo. Si habláis con un americano, su sueldo es una de las primeras cosas de las que os hablará. Para decir que alguien es muy atractivo llegan a decir “you look like a million bucks”. Para ellos el dinero la riqueza, no es algo a ocultar sino algo de lo que se está orgulloso. Vamos a ver algunos aspectos de nuestra relación con el dinero. Pero …¡¿Quién inventó el dinero?! La palabra dinero viene del latín denarius, que significaba contener diez ases o monedas unitarias. La raíz la encontramos también en algunos nombres de monedas de países árabes, como por ejemplo, dirham en Marruecos o dinar en Argelia. Pecunio es en latín riqueza o ganadería. El número de cabezas de ganado era lo que determinaba la riqueza. Durante los siglos anteriores a la aparición del dinero, el trueque permitía la obtención e intercambio de mercancías . En una etapa intermedia, antes de tener monedas, se usaban otros materiales como conchas, alimentos o piedras preciosas. El uso de la plata y el oro se extendió finalmente gracias a que su valor era reconocido por todo el mundo. Parece ser que fue en Lidia (actualmente Turquía), en el siglo VII a. C, donde se acuñaron las primeras monedas de las que se tiene noticia, aunque se sabe que ya desde el año 3000 a.C., en Mesopotamia, los asirios y los babilonios comenzaron a utilizar barras de oro y plata para los intercambios. Realmente, y aunque ahora viendo todo lo que se nos ha venido encima nos cueste admitirlo, la aparición del dinero facilitó los intercambios y la expansión comercial. Es evidente que aunque el dinero existe, muchas veces hay servicios o bienes que seguimos trocando. En momentos de crisis financiera, esto parece incrementarse. ¡El otro día vi en un anuncio alguien que buscaba cambiar un BMW por un terreno constructible! Si alguna vez os habéis preguntado si se puede vivir en nuestra sociedad sin dinero, podéis investigar la experiencia de Heidemaire Schwermer. Esta alemana, psicoterapeuta, vive hace seis años sin dinero. Intercambia su trabajo por comida, alojamiento y demás productos de primera necesidad. Ha escrito un libro y dona los beneficios obtenidos con él a mujeres maltratadas. Su experiencia demuestra que es posible, pero no fácil. Se debe tener un circulo de relaciones amplio y a mucha gente dando soporte al proyecto. El intercambio es ineludible, ya sea en forma de dinero o de tiempo. Una de las injusticias es que una hora de un bróker de Wall Street vale 10.000 horas de un campesino… Sin ser tan extremistas, sí que sabemos que podríamos vivir incrementando los intercambios y utilizando menos dinero. Pero si nosotros no pagamos el alquiler porque alguien nos cede una habitación a cambio de algo, esto no impide que esa persona haya pagado su casa con dinero o la esté aún pagando… No puede ser una gran solución global, ¿no os parece? Las contradicciones del dinero Nos han inculcado y remachado que el dinero es algo sucio, que la pobreza está más cercana a la virtud que la riqueza. Hay un código moral dicho que nos lleva a unir de extraña forma dinero con pecado. Desconfiamos de quien gana mucho, desconfiamos de quien gasta mucho, ¡algo sucio o inmoral tiene que haber detrás! En nuestra sociedad el triunfo se ve con recelo. ¡Algún chanchullo habrá! Es difícil admitir que alguien con su esfuerzo y su voluntad ha sabido generar riqueza. Tenemos una larga historia social de picaresca, ¿verdad? En la cultura del american dream, donde se supone que la fortuna es resultado del esfuerzo, se ve el dinero de otra manera, el logro está socialmente más reconocido. Por otro lado, ¿Quien no desea tener más dinero? Solo tenemos que fijarnos en la gran cantidad de personas que juegan a la lotería y otros juegos de azar. Aunque no se juegue (yo me olvido siempre de comprar el billete…), es divertido de tanto en tanto imaginar lo que haríamos con una gran suma de dinero que nos llegara de repente. Deseamos también que nuestros hijos tengan dinero, que prosperen, que a nuestros amigos les vayan bien las cosas, Deseamos fortuna para aquellos a quienes queremos. En realidad les deseamos prosperidad más que riqueza. La prosperidad tiene que ver con una riqueza más interna, con un sentirse bien con la propia vida, con un llevar adelante los proyectos personales, con sentirnos valiosos. Esto no siempre correlaciona con el saldo bancario. Hay personas ricas pero pobres de espíritu; los hay que no tienen un euro y también son pobres de espíritu; ¡la pobreza no garantiza el ser buena persona! Y viceversa, hay ricos con espíritus grandes y generosos; hay pobres con gran corazón que comparten lo poco que tienen. Hacer crecer lo que tenemos Es una tendencia natural el querer hacer crecer y prosperar lo que se tiene. ¿Recuerdan la parábola de los denarios? Si se utilizan los talentos que se tienen de forma creativa, si se “invierte” en mejorar interiormente y exteriormente, nos sentimos bien. Si somos avaros o simplemente descuidamos lo que tenemos, nos acabamos sintiendo frustrados, nos empobrecemos. La primera riqueza que debe evolucionar es la riqueza interna. Viviendo con pasión, nuestra energía se moverá de forma fluida, empujando barreras y abriendo puertas. Para ello, hay que darse cuenta de lo mucho que ya tenemos. Conocerse a sí mismo, con todos los denarios de los que disponemos desde el origen. Pero no todo acaba aquí. Esta riqueza interior tiene que plasmarse en bienestar anímico, por supuesto y también material, por supuesto igualmente. Para ello, tiene que producirnos beneficios económicos. Si no somos capaces de vivir de lo que nos apasiona, o bien es que nos gusta algo muy difícil de plasmar o es que no lo enfocamos del buen modo. También puede ocurrir que prefiramos vivir de otra cosa y dedicar nuestras pasiones a momentos en los que somos totalmente libres. Hay que valorar. La alianza perfecta es ganarse el pan con algo que nos guste y nos motive, aunque tengamos también otros centros de interés. Lo importante es hacer fructificar nuestros talentos. Poner límites para llegar lejos Asistí durante un cierto tiempo a reuniones para personas con sobre endeudamiento. Eran reuniones que organizaba el gobierno francés para acompañar a las personas, como usted y como yo, que por circunstancias de la vida se habían endeudado más de la cuenta. Era un programa piloto. En aquellas reuniones se escuchaba a las personas en su problemática y se les acompañaba personalmente para ayudarles a mejorar su situación. Una de las primeras cosas que se les proponía era pedirles que destruyesen su tarjeta de crédito. Cuando tenemos un billete de diez euros en la mano, sabemos cuál es su valor. Aunque en realidad, aún nos resulta un poco difícil integrar que 10 euros no son para nada 10 pesetas… Pero bien, no tiene nada que ver pagar diez euros con un billete o pagar cincuenta con una tarjeta de crédito. Muchas personas no logran asimilar el valor del dinero que no ven. Porque es difícil de hacer. Cuando tienen una tarjeta, gastan más de lo que pueden gastar y su vida se convierte en un calvario. Si por el contario, están obligados a pagar con dinero contante y sonante, les resulta mucho mas fácil controlar los gastos. Otro buen truco es el de usar diferentes sobres, aunque sean virtuales, para compartimentar los gastos. Así se tiene un mejor control también. Aprender a gestionar los recursos es imprescindible, tanto cuando estos son escasos como cuando son grandes. Se han hecho estudios con las personas que han ganado cuantiosos premios de lotería. La mayor parte, poco tiempo después de recibir el premio millonario, se encuentran sin un euro. No saben administrarse ni sacar un real provecho de su situación. Por ello, si quiere ser prospero y que dicha prosperidad se plasme en dinero, lo primero a hacer, es aprender a administrar lo que se tiene. Sea la cantidad que sea. Dicen algunos que el dinero es energía, pero toda energía necesita un cauce. Quitar límites para llegar lejos Cuando hace años leía a Bert Hellinger en “Los Ordenes del Amor” comprendí como las historias familiares y la “mala alianza psicológica” con ciertas personas de la familia pueden ser un bloqueo para la prosperidad y riqueza de las personas. Me parece muy sano el preguntarse ¿Qué relación ha tenido mi familia con el dinero? Mis padres, mis abuelos, ¿Cómo han vivido con respecto a la prosperidad? ¿Han sido personas que se han realizado? ¿Han logrado sus sueños? ¿Se ha plasmado esto de forma concreta en riquezas? Muchas veces los fracasos vienen respondiendo a un lastre generacional. En algunos linajes no se permite el triunfo. Para salir de esto hay que tomar conciencia de lo que ocurre y liberar esta energía, salir de los límites para que “toda la familia pueda enriquecerse y prosperar”. Como dice Hellinger, el primer paso hacia la prosperidad, es restablecer la relación con la madre. Esta es símbolo y plasmación de aquello que nos nutre de forma incondicional y primera, hay que mirar a la madre de uno viendo aún más allá. Para algunas personas esto no se puede realizar de forma presencial con su madre, pero no importa. Lo que cuenta es la actitud que se tiene. Hay que respetar a la madre y hay que dejar fluir el amor materno hacia nosotros … me atrevería a decir, más allá de los defectos o fallos que pueda tener o haber cometido nuestra madre en concreto. También es importante recordar que hay una gran madre que nos acoge a todos, nuestro planeta, la Naturaleza, la Vida, que nos alimenta desde siempre y nos da cobijo. Es especialmente reconfortante visualizar esta gran madre que nos envuelve, más allá de nuestros límites personales. Dinero y pareja Durante algunos años viví en Andorra la Vella. En pleno centro del núcleo comercial. Los fines de semana no me gustaba salir a la calle, atiborrada de gente. Cuando lo hacía, era muy frecuente oír a las parejas discutir. Ir de compras hacía surgir deseos y necesidades diferentes y provocaba encontronazos y tensiones. Cada uno quería gastar de forma distinta el presupuesto y encontraba irrelevantes los deseos del otro. Lo que tenía que haber sido un momento de placer se convertía en una amarga experiencia. La economía dentro de la pareja es un tema complejo. Tenemos que pensar que hay diferentes grados de compromiso en las parejas y distintos proyectos de pareja. No es lo mismo dos personas jóvenes que desean tener hijos juntos que una pareja madura con hijos de relaciones anteriores. Como ya hemos dicho, hablar de dinero no es socialmente nuestro punto fuerte. Podemos hablar de la economía y de la crisis, pero comentar nuestra economía personal es difícil y muchas veces en la pareja es causa de problemas y malos entendidos. A veces se miente y se ocultan gastos para evitar conflictos. El control de gastos, el cómo y en qué invertir, las prioridades, el ahorro, son temas que se deberían de tener hablados y clarificados desde el principio de la relación, sobre todo cuando hay un proyecto familiar. Muchas veces esto no es así y las parejas se lanzan a una vida en común sin poner todos los temas sobre la mesa. Sumar sueldos no es tan simple. Formar parte de la pareja y a la vez seguir siendo autónomo y tomando las decisiones adecuadas merece un tiempo de reflexión y ciertos acuerdos. Aún hoy en día el dinero tiene sexo. Aunque poco a poco los sueldos de hombres y mujeres se van equiparando y las mujeres ocupan cada vez más cargos ejecutivos, en situaciones de divorcio, el índice de pobreza de las mujeres sigue siendo mayor que el de los hombres. Expresar los miedos, las incertidumbres, así como las necesidades propias, permite que la pareja se conozca en este aspecto tan fundamental. Hay que definir el proyecto común y los proyectos personales para que todo tenga cabida en su justa proporción. Algunos temas para el dialogo: – Definir el proyecto común – Clarificar los proyectos personales – Acordar las prioridades y enumerarlas por importancia – Saber con que se cuenta – Pensar a corto, medio y largo plazo – Decidir estrategias para cumplir con los proyectos – Reconocer las necesidades personales para no autoengañarse – Ser sinceros el uno con el otro para mantener la confianza – Darse tiempo para hablar de las finanzas, concretamente una hora y un lugar, de forma regular. – En periodos difíciles, no dejar que los problemas económicos ocupen todo el espacio de la vida familiar. Acotarlos. – Disfrutar de la riqueza de contar el uno con el otro. En tiempos de crisis Cuando hace unos meses Marisa me hablo de sus proyectos, yo la escuchaba sin decir nada. En un momento dado sus ojos empezaron a brillar, su voz se hizo más profunda y su tono más apasionado. “Este es el bueno” le dije sin dudarlo. “Este te motiva de verdad”. Durante un tiempo siguió por otros derroteros. No le funcionó. Ahora ha tomado el camino que le hacía brillar los ojos. Estoy segura de que le irá bien Que la emoción sea motor y la cabeza guie la acción… En momentos difíciles se necesita poner en marcha todos los recursos personales. Si tiene que sacar adelante un proyecto de trabajo, debe ser algo que le motive, que le apasione. Solo así lograra tener la energía suficiente para automotivarse ante los problemas que inevitablemente surgirán. Solo así lograra seguir, insistir, no darse por vencido y buscar nuevos caminos hasta dar con el bueno. Cuando leemos historias de personas que han logrado realizar sus sueños, estas han tenido que esforzarse para superar momentos duros y grandes derrotas. La crisis actual nos aboca a tener que enfrentar situaciones de incertidumbre, cambios, perdida de trabajo, etc. Todo esto genera miedo y desconfianza. Hay que combatir estas reacciones lógicas que aparecen, no podemos dejarnos abatir. Frente a las dificultades, ¡los sueños!….¡con una buena dosis de reflexión! Algunas palabras clave para encontrar caminos en tiempos revueltos: Ética: no hagas nada en contra de tu sentido moral. Favorece esta actitud en ti y favorece a las personas que la tienen. Solidaridad: necesitamos sentir que otras personas pueden contar con nosotros y que nosotros podemos contar con los demás. Ayuda y pide ayuda si la necesitas. Confianza: conoces una parte muy pequeña de todo lo que ocurre y puede ocurrir. Confía en que si perseveras en tus sueños estos pueden realizarse, ¡aunque el camino tal vez no sea el que tu habías previsto! Ve adaptando el rumbo. Prudencia: no te precipites. Siente, reflexiona, analiza, infórmate, observa. Cuando hayas hecho esto, pasa a la acción. Previsión: ten planes a corto, medio y largo plazo. Ordena tus prioridades y haz tu plan estratégico. Seguramente tendrás que ir retocándolo para adaptarlo a lo que ocurra y afinar. Innovación: no tengas miedo de las ideas nuevas o extrañas. Imagina, atrévete a soñar. Control del riesgo: Determina los costes y beneficios de forma precisa antes de emprender un proyecto. No te lances sin saber lo que puedes perder y sí, en caso de perderlo, puedes remontar. Ten el plan B pensado. Para finalizar Vive tus contradicciones con sentido del humor, pues si bien es cierto que como decía Epicuro… “Quieres ser rico? Pues no te afanes por aumentar tus bienes, sino en disminuir tu codicia.”, tampoco está de más reconocer que en algunos momentos empatizamos con Groucho Marx cuando le dice a su hijo, “Hijo mío, la felicidad está hecha de pequeñas cosas: Un pequeño yate, una pequeña mansión, una pequeña fortuna…” El dinero es fuerza, vida, creatividad, energía de crecimiento. Úsalo para ser prospero, no dejes que te utilice.


artículo publicado en la revista CuerpoMente nº  237 con el título: La energía del dinero

“Mucho faz’ el dinero, mucho es de amar:

al torpe faze bueno e ome de prestar,

faze correr al coxo e al mudo fablar,

el que non tiene manos, dyneros quier’ tomar.”


Os invito a releer entero el texto del Arcipreste de Hita (1284 – 1351). Parece escrito hace dos días por cualquier periodista u observador de la situación actual. Tampoco está nada mal el poema satírico de Quevedo (1580 -1645), “Poderoso Caballero es don dinero”. ¡Y es que la cosa viene de lejos!


Es un tema complejo que nos atañe a todos. Se unen en él preconcebidos, necesidad, tabúes, apariencias, rencores, avaricia y un largo etcétera de temas personales y sociales.


En nuestro país, hablar de dinero nos resulta difícil. Os pondré un ejemplo. Una amiga me hablo hace tiempo de una experiencia que tuvo en internet, precisamente en una web de citas. Se inscribió en la pagina española y en la belga, dada su doble nacionalidad. Le resulto curioso ver que en tema de dinero, los belgas no tenían ninguna dificultad en exponer públicamente su salario, mientras que los españoles no lo hacían en absoluto.  ¿Pudor, miedo? No es fácil responder, pero es interesante constatarlo. Si habláis con un americano, su sueldo es una de las primeras cosas de las que os hablará. Para decir que alguien es muy atractivo llegan a decir “you look like a million bucks”. Para ellos el dinero la riqueza, no es algo a ocultar sino algo de lo que se está orgulloso.


Vamos a ver algunos aspectos de nuestra relación con el dinero.


Pero  …¡¿Quién inventó el dinero?!


La palabra dinero viene del latín denarius, que significaba contener diez ases o monedas unitarias. La raíz la encontramos también en algunos nombres de monedas de países árabes, como por ejemplo, dirham en Marruecos o dinar en Argelia. Pecunio es en latín riqueza o ganadería. El número de cabezas de ganado era lo que determinaba la riqueza.


Durante los siglos anteriores a la aparición del dinero,  el trueque permitía la obtención e intercambio de mercancías .  En una etapa intermedia, antes de tener monedas, se usaban otros materiales como conchas, alimentos  o piedras preciosas.  El uso de la plata y el oro se extendió finalmente gracias a que su valor era reconocido por todo el mundo. Parece ser que fue en Lidia (actualmente Turquía),  en el sigloVII a. C, donde se acuñaron las primeras monedas de las que se tiene noticia, aunque se sabe que ya desde el año 3000 a.C., en Mesopotamia, los asirios y los babilonios comenzaron a utilizar barras de oro y plata para los intercambios. Realmente, y aunque ahora viendo todo lo que se nos ha venido encima nos cueste admitirlo,  la aparición del dinero facilitó los intercambios y la expansión comercial.


Es evidente que aunque el dinero existe, muchas veces hay servicios o bienes que seguimos trocando. En momentos de crisis financiera, esto parece incrementarse. ¡El otro día vi en un anuncio alguien que buscaba cambiar un BMW por un terreno constructible!


Si alguna vez os habéis preguntado si se puede vivir en nuestra sociedad sin dinero, podéis investigar la experiencia de Heidemaire Schwermer. Esta alemana, psicoterapeuta, vive hace seis años sin dinero. Intercambia su trabajo por comida, alojamiento y demás productos de primera necesidad. Ha escrito un libro y dona los beneficios obtenidos con él a mujeres maltratadas. Su experiencia demuestra que es posible, pero no fácil. Se debe tener un circulo de relaciones amplio y a mucha gente dando soporte al proyecto.


El intercambio es ineludible, ya sea en forma de dinero o de tiempo. Una de las injusticias es que una hora de un bróker de Wall Street vale 10.000 horas de un campesino…


Sin ser tan extremistas, sí que sabemos que podríamos vivir incrementando los intercambios y utilizando menos dinero.  Pero si nosotros no pagamos el alquiler porque alguien nos cede una habitación a cambio de algo, esto no impide que esa persona haya pagado su casa con dinero o la esté aún pagando…

No puede ser una gran solución global, ¿no os parece?


Las contradicciones del dinero


Nos han inculcado y remachado que el dinero es algo sucio, que la pobreza está más cercana a la virtud que la riqueza. Hay un código moral dicho que nos lleva a unir de extraña forma dinero con pecado. Desconfiamos de quien gana mucho, desconfiamos de quien gasta mucho, ¡algo sucio o inmoral tiene que haber detrás!


En nuestra sociedad el triunfo se ve con recelo. ¡Algún chanchullo habrá!Es difícil admitir que alguien con su esfuerzo y su voluntad ha sabido generar riqueza. Tenemos una larga historia social de picaresca, ¿verdad?  En la cultura del american dream, donde se supone que la fortuna es resultado del esfuerzo, se ve el dinero de otra manera, el logro está socialmente más reconocido.


Por otro lado, ¿Quien no desea tener más dinero? Solo tenemos que fijarnos en la gran cantidad de personas que juegan a la lotería y otros juegos de azar. Aunque no se juegue (yo me olvido siempre de comprar el billete…), es divertido de tanto en tanto imaginar lo que haríamos con una gran suma de dinero que nos llegara de repente.


Deseamos también que nuestros hijos tengan dinero, que prosperen, que a nuestros amigos les vayan bien las cosas, Deseamos fortuna para aquellos a quienes queremos. En realidad les deseamos prosperidad más que riqueza.


La prosperidad tiene que ver con una riqueza más interna, con un sentirse bien con la propia vida, con un llevar adelante los proyectos personales, con sentirnos valiosos. Esto no siempre correlaciona con el saldo bancario.


Hay personas ricas pero pobres de espíritu; los hay que no tienen un euro y también son pobres de espíritu; ¡la pobreza no garantiza el ser buena persona! Y viceversa, hay ricos con espíritus grandes y generosos; hay pobres con gran corazón que comparten lo poco que tienen.





Hacer crecer lo que tenemos


Es una tendencia natural el querer hacer crecer y prosperar lo que se tiene. ¿Recuerdan la parábola de los denarios? Si se utilizan los talentos que se tienen de forma creativa, si se “invierte” en mejorar interiormente y exteriormente, nos sentimos bien. Si somos avaros o simplemente descuidamos lo que tenemos, nos acabamos sintiendo frustrados, nos empobrecemos.


La primera riqueza que debe evolucionar es la riqueza interna. Viviendo con pasión, nuestra energía se moverá de forma fluida, empujando barreras y abriendo puertas.

Para ello, hay que darse cuenta de lo mucho que ya tenemos. Conocerse a sí mismo, con todos los denarios de los que disponemos desde el origen.


Pero no todo acaba aquí. Esta riqueza interior tiene que plasmarse en bienestar anímico, por supuesto y también material, por supuesto igualmente. Para ello, tiene que producirnos beneficios económicos.


Si no somos capaces de vivir de lo que nos apasiona, o bien es que nos gusta algo muy difícil de plasmar o es que no lo enfocamos del buen modo. También puede ocurrir que prefiramos vivir de otra cosa y dedicar nuestras pasiones a momentos en los que somos totalmente libres. Hay que valorar. La alianza perfecta es ganarse el pan con algo que nos guste y nos motive, aunque tengamos también otros centros de interés. Lo importante es hacer fructificar nuestros talentos.


Poner límites para llegar lejos


Asistí durante un cierto tiempo a reuniones para personas con sobre endeudamiento. Eran reuniones que organizaba el gobierno francés para acompañar a las personas, como usted y como yo, que por circunstancias de la vida se habían endeudado más de la cuenta. Era un programa piloto. En aquellas reuniones se escuchaba a las personas en su problemática y se les acompañaba personalmente para ayudarles a mejorar su situación. Una de las primeras cosas que se les proponía era pedirles que destruyesen su tarjeta de crédito.


Cuando tenemos un billete de diez euros en la mano, sabemos cuál es su valor. Aunque en realidad, aún nos resulta un poco difícil integrar que 10 euros no son para nada 10 pesetas… Pero bien, no tiene nada que ver pagar diez euros con un billete o pagar cincuenta con una tarjeta de crédito.


Muchas personas no logran asimilar el valor del dinero que no ven. Porque es difícil de hacer. Cuando tienen una tarjeta, gastan más de lo que pueden gastar y su vida se convierte en un calvario. Si por el contario, están obligados a pagar con dinero contante y sonante, les resulta mucho mas fácil controlar los gastos.


Otro buen truco es el de usar diferentes sobres, aunque sean virtuales, para compartimentar los gastos. Así se  tiene un mejor control también.


Aprender a gestionar los recursos es imprescindible, tanto cuando estos son escasos como cuando son grandes. Se han hecho estudios con las personas que han ganado cuantiosos premios de lotería. La mayor parte, poco tiempo después de recibir el premio millonario, se encuentran sin un euro. No saben administrarse ni sacar un real provecho de su situación.


Por ello, si quiere ser prospero y que dicha prosperidad se plasme en dinero, lo primero a hacer, es aprender a administrar lo que se tiene. Sea la cantidad que sea. Dicen algunos que el dinero es energía, pero toda energía necesita un cauce.


Quitar límites para llegar lejos


Cuando hace años leía a Bert Hellinger en “Los Ordenes del Amor” comprendí como las historias familiares y la “mala alianza psicológica” con ciertas personas de la familia pueden ser un bloqueo para la prosperidad y riqueza de las personas.

Me parece muy sano el preguntarse ¿Qué relación ha tenido mi familia con el dinero? Mis padres, mis abuelos, ¿Cómo han vivido con respecto a la prosperidad? ¿Han sido personas que se han realizado? ¿Han logrado sus sueños? ¿Se ha plasmado esto de forma concreta en riquezas?


Muchas veces los fracasos vienen respondiendo a un lastre generacional. En algunos linajes no se permite el triunfo. Para salir de esto hay que tomar conciencia de lo que ocurre y liberar esta energía, salir de los límites para que “toda la familia pueda enriquecerse y prosperar”.


Como dice Hellinger, el primer paso hacia la prosperidad, es restablecer la relación con la madre. Esta es símbolo y plasmación de aquello que nos nutre de forma incondicional y primera, hay que mirar a la madre de uno viendo aún más allá. Para algunas personas esto no se puede realizar de forma presencial con su madre, pero no importa. Lo que cuenta es la actitud que se tiene. Hay que respetar a la madre y hay que dejar fluir el amor materno hacia nosotros … me atrevería a decir, más allá de los defectos o fallos que pueda tener o haber cometido nuestra madre en concreto.


También es importante recordar que hay una gran madre que nos acoge a todos, nuestro planeta, la Naturaleza, la Vida, que nos alimenta desde siempre y nos da cobijo. Es especialmente reconfortante visualizar esta gran madre que nos envuelve, más allá de nuestros límites personales.



Dinero y pareja


Durante algunos años viví en Andorra la Vella. En pleno centro del núcleo comercial. Los fines de semana no me gustaba salir a la calle, atiborrada de gente. Cuando lo hacía, era muy frecuente oír a las parejas discutir. Ir de compras hacía surgir deseos y necesidades diferentes y provocaba encontronazos y tensiones. Cada uno quería gastar de forma distinta el presupuesto  y encontraba irrelevantes los deseos del otro. Lo que tenía que haber sido un momento de placer se convertía en una amarga experiencia.


La economía dentro de la pareja es un tema complejo. Tenemos que pensar que hay diferentes grados de compromiso en las parejas y distintos proyectos de pareja. No es lo mismo dos personas jóvenes que desean tener hijos juntos que una pareja madura con hijos de relaciones anteriores.


Como ya hemos dicho, hablar de dinero no es socialmente nuestro punto fuerte. Podemos hablar de la economía y de la crisis, pero comentar nuestra economía personal es difícil y muchas veces en la pareja es causa de problemas y malos entendidos. A veces se miente y se ocultan gastos para evitar conflictos.


El control de gastos, el cómo y en qué invertir, las prioridades, el ahorro, son temas que se deberían de tener hablados y clarificados desde el principio de la relación, sobre todo cuando hay un proyecto familiar. Muchas veces esto no es así y las parejas se lanzan a una vida en común sin poner todos los temas sobre la mesa. Sumar sueldos no es tan simple. Formar parte de la pareja y a la vez seguir siendo autónomo y tomando las decisiones adecuadas merece un tiempo de reflexión y ciertos acuerdos.


Aún hoy en día el dinero tiene sexo. Aunque poco a poco los sueldos de hombres y mujeres se van equiparando y las mujeres ocupan cada vez más cargos ejecutivos, en situaciones de divorcio, el índice de pobreza de las mujeres sigue siendo mayor que el de los hombres.


Expresar los miedos, las incertidumbres, así como las necesidades propias, permite que la pareja se conozca en este aspecto tan fundamental. Hay que definir el proyecto común y los proyectos personales para que todo tenga cabida en su justa proporción.


Algunos temas para el dialogo:


       Definir el proyecto común

       Clarificar los proyectos personales

       Acordar las prioridades y enumerarlas por importancia

       Saber con que se cuenta

       Pensar a corto, medio y largo plazo

       Decidir estrategias para cumplir con los proyectos

       Reconocer las necesidades personales para no autoengañarse

       Ser sinceros el uno con el otro para mantener la confianza

       Darse tiempo para hablar de las finanzas, concretamente una hora y un lugar, de forma regular.

       En periodos difíciles, no dejar que los problemas económicos ocupen todo el espacio de la vida familiar. Acotarlos.

       Disfrutar de la riqueza de contar el uno con el otro.



En tiempos de crisis


Cuando hace unos meses Marisa me hablo de sus proyectos, yo la escuchaba sin decir nada. En un momento dado sus ojos empezaron a brillar, su voz se hizo más profunda y su tono más apasionado. “Este es el bueno” le dije sin dudarlo. “Este te motiva de verdad”. Durante un tiempo siguió por otros derroteros. No le funcionó. Ahora ha tomado el camino que le hacía brillar los ojos. Estoy segura de que le irá bien


Que la emoción sea motor y la cabeza guie la acción…


En momentos difíciles se necesita poner en marcha todos los recursos personales. Si tiene que sacar adelante un proyecto de trabajo, debe ser algo que le motive, que le apasione. Solo así lograra tener la energía suficiente para automotivarse ante los problemas que inevitablemente surgirán. Solo así lograra seguir, insistir, no darse por vencido y buscar nuevos caminos hasta dar con el bueno.


Cuando leemos historias de personas que han logrado realizar sus sueños, estas han tenido que esforzarse para superar momentos duros y grandes derrotas. La crisis actual nos aboca a tener que enfrentar situaciones de incertidumbre, cambios, perdida de trabajo, etc. Todo esto genera miedo y desconfianza. Hay que combatir estas reacciones lógicas que aparecen, no podemos dejarnos abatir. Frente a las dificultades, ¡los sueños!….¡con una buena dosis de reflexión!


Algunas palabras clave para encontrar caminos en tiempos revueltos:


Ética: no hagas nada en contra de tu sentido moral. Favorece esta actitud en ti y favorece a las personas que la tienen.

Solidaridad: necesitamos sentir que otras personas pueden contar con nosotros y que nosotros podemos contar con los demás. Ayuda y pide ayuda si la necesitas.

Confianza: conoces una parte muy pequeña de todo lo que ocurre y puede ocurrir. Confía en que si perseveras en tus sueños estos pueden realizarse, ¡aunque el camino tal vez no sea el que tu habías previsto! Ve adaptando el rumbo.

Prudencia: no te precipites. Siente, reflexiona, analiza, infórmate, observa. Cuando hayas hecho esto, pasa a la acción.

Previsión: ten planes a corto, medio y largo plazo. Ordena tus prioridades y haz tu plan estratégico. Seguramente tendrás que ir retocándolo para adaptarlo a lo que ocurra y afinar.

Innovación: no tengas miedo de las ideas nuevas o extrañas. Imagina, atrévete a soñar.

Control del riesgo: Determina los costes y beneficios de forma precisa antes de emprender un proyecto. No te lances sin saber lo que puedes perder y sí, en caso de perderlo, puedes remontar. Ten el plan B pensado.



Para finalizar


Vive tus contradicciones con sentido del humor, pues si bien es cierto que como decía Epicuro “Quieres ser rico? Pues no te afanes por aumentar tus bienes, sino en disminuir tu codicia.”, tampoco está de más reconocer que en algunos momentos empatizamos con Groucho Marx cuando le dice a su hijo, “Hijo mío, la felicidad está hecha de pequeñas cosas: Un pequeño yate, una pequeña mansión, una pequeña fortuna…”


El dinero es fuerza, vida, creatividad, energía de crecimiento.

Úsalo para ser prospero, no dejes que te utilice.



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