Dürckheim

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meditación zen

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psicoterapia

Centramiento en el Hara

¡Céntrate! Cuántas veces en la vida cotidiana nos sentimos tirados por muchas cosas a la vez. Asuntos externos e internos, cada uno nos reclama atención, dedicación y energía.Preocupaciones con el trabajo, económicas, preocupaciones con la familia, la pareja, los hijos, los padres… Problemas de salud, más o menos graves que muchas veces son la manifestación de una sobrecarga de nuestro sistema personal. Estamos obligados a ser múltiples y polifacéticos. Por ello se necesita un anclaje interior en un lugar central interno. Encontrar ese anclaje  es la solución para vivir con mayor serenidad y fuerza en la vida cotidiana y para no perderse en la complejidad y las dificultades. Centrarse, como enseño el psicólogo y maestro de Zen, K. G. Dürckheim no es solo una cuestión mental.  Tenemos un centro corporal en el que se expresa de forma muy concreta y vivencial el centramiento, tanto físico como psíquico y emocional: el Hara. Aprender a Centrarse en el Hara es aprender a centrarse en lo esencial en nosotros, es anclarse en un lugar sólido y fuerte a partir del cual actuar en el mundo. Centrarse en el Hara proporciona serenidad, vitalidad y plenitud. El Hara en pocas palabras Es el centro del equilibrio, el lugar donde se unen todas las fuerzas personales e impersonales de la persona. La palabra japonesa Hara significa literalmente vientre. Pero es mucho más que una parte del cuerpo, esuna actitud de vida. Una persona que ha perdido su centro es una persona sin fuerza vital, alguien inestable y vulnerable. Estar centrado en el Hara proporciona la sensación de fluir con la vida. Se está conectado a una fuente de fuerza profunda, que no proviene del ego, sino de lo esencial. ¿Cómo centrarse en el Hara? Vivimos alejados del centro, que está desplazado artificialmente. Esto genera muchas tensiones e inseguridad…es un círculo vicioso que hay que romper. K. G. Dürckheim propuso una serie de ejercicios y una metodología para ayudar a los occidentales a centrarse en el Hara. ¿Para qué sirve centrarse en el Hara? Cuando se vive descentrado, con el centro de gravedad desplazado, la persona se siente mucho más inestable e insegura, debe realizar un gran esfuerzo inconsciente para mantener la estabilidad tanto física como psico emocional. Como seres humanos debemos sentirnos en unidad con nosotros, en unidad con los demás y en unidad con lo Esencial. Esto tan solo es posible desde un lugar donde todo se ordena y se reúne, desde un centro. Sin centro personal, nos sentimos desmembrados. Vivir anclados en el Hara es vivir con mayor plenitud, con mayor fuerza y coherenciaLos efectos de estos ejercicios se sienten de forma inmediata en nuestra vida cotidiana.¡Solo tenemos que practicarlos! Historia y orígenes de estos ejercicios A su vuelta de Japon, K. G. Dürckheim se instaló en la Selva Negra, donde fundó con su compañera, la Dr. Hippius, psicóloga como él, un centro de Psicología Transpersonal en el que enseñaban meditación zen y practicaban diversas modalidades de psicoterapia. La más conocida fue la que crearon ellos mismos, la Leibterapia Personal, con la que ofrecían un trabajo de integración psico corporal basado en sus amplios conocimientos sobre el zen, la psicoterapia y el trabajo corporal. En todas sus propuestas, el Hara era un eje fundamental. Centro vital y de equilibrio de la persona, anclarse en el Hara era la base para poder desarrollar el potencial personal y de presencia a la trascendencia. Captura

¡Céntrate!

Cuántas veces en la vida cotidiana nos sentimos tirados por muchas cosas a la vez. Asuntos externos e internos, cada uno nos reclama atención, dedicación y energía.Preocupaciones con el trabajo, económicas, preocupaciones con la familia, la pareja, los hijos, los padres… Problemas de salud, más o menos graves que muchas veces son la manifestación de una sobrecarga de nuestro sistema personal.

Estamos obligados a ser múltiples y polifacéticos. Por ello se necesita un anclaje interior en un lugar central interno. Encontrar ese anclaje  es la solución para vivir con mayor serenidad y fuerza en la vida cotidiana y para no perderse en la complejidad y las dificultades.

Centrarse, como enseño el psicólogo y maestro de Zen, K. G. Dürckheim no es solo una cuestión mental.  Tenemos un centro corporal en el que se expresa de forma muy concreta y vivencial el centramiento, tanto físico como psíquico y emocional: el Hara.

Aprender a Centrarse en el Hara es aprender a centrarse en lo esencial en nosotros, es anclarse en un lugar sólido y fuerte a partir del cual actuar en el mundo.
Centrarse en el Hara proporciona serenidad, vitalidad y plenitud.

El Hara en pocas palabras
Es el centro del equilibrio, el lugar donde se unen todas las fuerzas personales e impersonales de la persona.
La palabra japonesa Hara significa literalmente vientre. Pero es mucho más que una parte del cuerpo, esuna actitud de vida. Una persona que ha perdido su centro es una persona sin fuerza vital, alguien inestable y vulnerable.
Estar centrado en el Hara proporciona la sensación de fluir con la vida. Se está conectado a una fuente de fuerza profunda, que no proviene del ego, sino de lo esencial.

¿Cómo centrarse en el Hara?
Vivimos alejados del centro, que está desplazado artificialmente. Esto genera muchas tensiones e inseguridad…es un círculo vicioso que hay que romper.
K. G. Dürckheim propuso una serie de ejercicios y una metodología para ayudar a los occidentales a centrarse en el Hara.

¿Para qué sirve centrarse en el Hara?

Cuando se vive descentrado, con el centro de gravedad desplazado, la persona se siente mucho más inestable e insegura, debe realizar un gran esfuerzo inconsciente para mantener la estabilidad tanto física como psico emocional.
Como seres humanos debemos sentirnos en unidad con nosotros, en unidad con los demás y en unidad con lo Esencial. Esto tan solo es posible desde un lugar donde todo se ordena y se reúne, desde un centro. Sin centro personal, nos sentimos desmembrados. Vivir anclados en el Hara es vivir con mayor plenitud, con mayor fuerza y coherenciaLos efectos de estos ejercicios se sienten de forma inmediata en nuestra vida cotidiana.¡Solo tenemos que practicarlos!

Historia y orígenes de estos ejercicios
A su vuelta de Japon, K. G. Dürckheim se instaló en la Selva Negra, donde fundó con su compañera, la Dr. Hippius, psicóloga como él, un centro de Psicología Transpersonal en el que enseñaban meditación zen y practicaban diversas modalidades de psicoterapia. La más conocida fue la que crearon ellos mismos, la Leibterapia Personal, con la que ofrecían un trabajo de integración psico corporal basado en sus amplios conocimientos sobre el zen, la psicoterapia y el trabajo corporal. En todas sus propuestas, el Hara era un eje fundamental. Centro vital y de equilibrio de la persona, anclarse en el Hara era la base para poder desarrollar el potencial personal y de presencia a la trascendencia.

Captura

¡Céntrate!

Cuántas veces en la vida cotidiana nos sentimos tirados por muchas cosas a la vez. Asuntos externos e internos, cada uno nos reclama atención, dedicación y energía.Preocupaciones con el trabajo, económicas, preocupaciones con la familia, la pareja, los hijos, los padres… Problemas de salud, más o menos graves que muchas veces son la manifestación de una sobrecarga de nuestro sistema personal.

Estamos obligados a ser múltiples y polifacéticos. Por ello se necesita un anclaje interior en un lugar central interno. Encontrar ese anclaje  es la solución para vivir con mayor serenidad y fuerza en la vida cotidiana y para no perderse en la complejidad y las dificultades.

Centrarse, como enseño el psicólogo y maestro de Zen, K. G. Dürckheim no es solo una cuestión mental.  Tenemos un centro corporal en el que se expresa de forma muy concreta y vivencial el centramiento, tanto físico como psíquico y emocional: el Hara.

Aprender a Centrarse en el Hara es aprender a centrarse en lo esencial en nosotros, es anclarse en un lugar sólido y fuerte a partir del cual actuar en el mundo.
Centrarse en el Hara proporciona serenidad, vitalidad y plenitud.

El Hara en pocas palabras
Es el centro del equilibrio, el lugar donde se unen todas las fuerzas personales e impersonales de la persona.
La palabra japonesa Hara significa literalmente vientre. Pero es mucho más que una parte del cuerpo, esuna actitud de vida. Una persona que ha perdido su centro es una persona sin fuerza vital, alguien inestable y vulnerable.
Estar centrado en el Hara proporciona la sensación de fluir con la vida. Se está conectado a una fuente de fuerza profunda, que no proviene del ego, sino de lo esencial.

¿Cómo centrarse en el Hara?
Vivimos alejados del centro, que está desplazado artificialmente. Esto genera muchas tensiones e inseguridad…es un círculo vicioso que hay que romper.
K. G. Dürckheim propuso una serie de ejercicios y una metodología para ayudar a los occidentales a centrarse en el Hara.

¿Para qué sirve centrarse en el Hara?

Cuando se vive descentrado, con el centro de gravedad desplazado, la persona se siente mucho más inestable e insegura, debe realizar un gran esfuerzo inconsciente para mantener la estabilidad tanto física como psico emocional.
Como seres humanos debemos sentirnos en unidad con nosotros, en unidad con los demás y en unidad con lo Esencial. Esto tan solo es posible desde un lugar donde todo se ordena y se reúne, desde un centro. Sin centro personal, nos sentimos desmembrados. Vivir anclados en el Hara es vivir con mayor plenitud, con mayor fuerza y coherenciaLos efectos de estos ejercicios se sienten de forma inmediata en nuestra vida cotidiana.¡Solo tenemos que practicarlos!

Historia y orígenes de estos ejercicios
A su vuelta de Japon, K. G. Dürckheim se instaló en la Selva Negra, donde fundó con su compañera, la Dr. Hippius, psicóloga como él, un centro de Psicología Transpersonal en el que enseñaban meditación zen y practicaban diversas modalidades de psicoterapia. La más conocida fue la que crearon ellos mismos, la Leibterapia Personal, con la que ofrecían un trabajo de integración psico corporal basado en sus amplios conocimientos sobre el zen, la psicoterapia y el trabajo corporal. En todas sus propuestas, el Hara era un eje fundamental. Centro vital y de equilibrio de la persona, anclarse en el Hara era la base para poder desarrollar el potencial personal y de presencia a la trascendencia.

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