Leibterapia Personal

El punto y final

El punto final da sentido a la frase. Sin ese punto, el sentido específico del texto se perdería en una globalidad paralizante. Un punto y final marca un ritmo. Permite sentir la importancia de lo dicho. Es por ello, que en la vida debemos aprender a poner puntos finales. Delimitan la experiencia y le dan todo su valor y realce. Hay que agradecerle al punto y final su existencia. Sin él, la frase no sería. Podemos llamar punto y final a un adiós, cuando una vida a dos se termina. Podemos llamar punto y final al diploma que corona los estudios. Podemos llamar punto y final a la jubilación. También a un despido. Podemos llamar punto y final a la muerte. Es el gran punto. El va a dar sentido a todo lo dicho, a todo lo hecho. Cada punto y final debe convertirse en momento de alegría. En reconocimiento de plenitud. Es el garante de una nueva página por escribir. Tal vez de un nuevo cuaderno a iniciar. El punto final da sentido a la frase. Sin ese punto, el sentido específico del texto se perdería en una globalidad paralizante. Un punto y final marca un ritmo. Permite sentir la importancia de lo dicho. Es por ello, que en la vida debemos aprender a poner puntos finales. Delimitan la experiencia y le dan todo su valor y realce. Hay que agradecerle al punto y final su existencia. Sin él, la frase no sería. Podemos llamar punto y final a un adiós, cuando una vida a dos se termina. Podemos llamar punto y final al diploma que corona los estudios. Podemos llamar punto y final a la jubilación. También a un despido. Podemos llamar punto y final a la muerte. Es el gran punto. El va a dar sentido a todo lo dicho, a todo lo hecho. Cada punto y final debe convertirse en momento de alegría. En reconocimiento de plenitud. Es el garante de una nueva página por escribir. Tal vez de un nuevo cuaderno a iniciar. El punto final da sentido a la frase. Sin ese punto, el sentido específico del texto se perdería en una globalidad paralizante. Un punto y final marca un ritmo. Permite sentir la importancia de lo dicho. Es por ello, que en la vida debemos aprender a poner puntos finales. Delimitan la experiencia y le dan todo su valor y realce. Hay que agradecerle al punto y final su existencia. Sin él, la frase no sería. Podemos llamar punto y final a un adiós, cuando una vida a dos se termina. Podemos llamar punto y final al diploma que corona los estudios. Podemos llamar punto y final a la jubilación. También a un despido. Podemos llamar punto y final a la muerte. Es el gran punto. El va a dar sentido a todo lo dicho, a todo lo hecho. Cada punto y final debe convertirse en momento de alegría. En reconocimiento de plenitud. Es el garante de una nueva página por escribir. Tal vez de un nuevo cuaderno a iniciar.
Categoría :

Leibterapia Personal

Compartir :

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Posts Relacionados
Abrir chat
1
Escanea el código
Hola! Soy Laia. Cuéntame, ¿cómo podría ayudarte?
Laia Monserrat - contacto - flor amarilla
Resumen de privacidad

Esta web utiliza cookies para que podamos ofrecerte la mejor experiencia de usuario posible. La información de las cookies se almacena en tu navegador y realiza funciones tales como reconocerte cuando vuelves a nuestra web o ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones de la web encuentras más interesantes y útiles.