Una propuesta para cuidarlos.
El otro día vi un anuncio en el que un niño decía a sus padres que últimamente los notaba más cansados, preocupados e irritables (no recuerdo exactamente las palabras) y les ofrecía su apoyo, sugiriéndoles tomar un producto para reforzar sus defensas.
Pero los niños no tienen normalmente esa capacidad de respuesta. Ellos reciben directamente el estrés de los padres, que se suma muchas veces al suyo propio. Sí es cierto es que en estos momentos en que la crisis aprieta, muchos son los que viven momentos de inquietud: me bajan el sueldo, hay una fusión en la empresa y habrá despidos, no me salen las cuentas y tengo que reducir plantilla, mis clientes dejan de pagar y no sé si voy a recuperar la inversión…
Es inevitable que los estados de nerviosismo se noten en casa.
Por ello hay que tomar consciencia más que nunca de que se debe estimular todo aquello que ayude a mantener las preocupaciones a raya. Una mente sumergida en el estrés piensa mal y toma malas decisiones. Además muchas veces, se agobia a las personas del entorno cercano o bien hablando demasiado de los problemas, o bien expresando nerviosismo de forma inadecuada.
Toma conciencia de que tanto tu como tu hijo necesitáis aprender a controlar y gestionar el estrés. Hay técnicas adecuadas para los niños a partir de los 5 años. Puedes mirar mi propuesta aquí.
Para los adultos, lo mejor son sesiones individuales para adaptarse a tu situación y ser eficaces con una inversión limitada.
Tómate en mano. Es el momento.
El otro día vi un anuncio en el que un niño decía a sus padres que últimamente los notaba más cansados, preocupados e irritables (no recuerdo exactamente las palabras) y les ofrecía su apoyo, sugiriéndoles tomar un producto para reforzar sus defensas.
Pero los niños no tienen normalmente esa capacidad de respuesta. Ellos reciben directamente el estrés de los padres, que se suma muchas veces al suyo propio. Sí es cierto es que en estos momentos en que la crisis aprieta, muchos son los que viven momentos de inquietud: me bajan el sueldo, hay una fusión en la empresa y habrá despidos, no me salen las cuentas y tengo que reducir plantilla, mis clientes dejan de pagar y no sé si voy a recuperar la inversión…
Es inevitable que los estados de nerviosismo se noten en casa.
Por ello hay que tomar consciencia más que nunca de que se debe estimular todo aquello que ayude a mantener las preocupaciones a raya. Una mente sumergida en el estrés piensa mal y toma malas decisiones. Además muchas veces, se agobia a las personas del entorno cercano o bien hablando demasiado de los problemas, o bien expresando nerviosismo de forma inadecuada.
Toma conciencia de que tanto tu como tu hijo necesitáis aprender a controlar y gestionar el estrés. Hay técnicas adecuadas para los niños a partir de los 5 años. Puedes mirar mi propuesta aquí.
Para los adultos, lo mejor son sesiones individuales para adaptarse a tu situación y ser eficaces con una inversión limitada.
Tómate en mano. Es el momento.
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