Hace unos días, durante una excursión por el Pirineo, me crucé con un par de montañeros que me explicaron que estaban dando la vuelta a España…cuestión de año y pico. Eran de una asociación que se llama Nazios p’andar, de Murcia.
Mientras yo seguía mi camino, en dirección contraria a la suya, se gestaba una idea: Nazios pa meditar.
Si bien hasta no hace mucho yo invitaba a la gente con sutileza y empeño a meditar en casa o en grupo en el dojo, para luego salir y conservar la actitud meditativa, pero no la forma… estoy cada día más convencida de que tenemos que salir a la calle. Me atrevería a decir que tenemos que echarnos a la calle. Tal vez sea mi reciente paso por Francia, pero lo que me gustaría decir realmente es: Aux zafus les citoyens, remedando el himno de los galos.
Y es que la meditación es un arma. Un arma muy pacífica, pero revolucionaria y rompedora. La meditación es fuente de serenidad, de claridad, de decisión y todo esto no rima con sumisión ni con conformismo. La meditación es para aquellos que no desean vivir adormecidos por los laureles de un 4 a 0, que no desean vivir guardando sus ahorros en agujeros llenos de gestionarios corruptos, que buscan un modo de colaborar activamente en el desarrollo social y la buena convivencia, que se preocupan por la salud del planeta, desarrollando su inteligencia ecológica.
Dejad la soledad de los espacios de meditación, dejad vuestros hábitos negros. Tomad la calle, que todos sepan que se puede estar en el mundo de otro modo, que todos sepan que la espiritualidad es de todos y para todos, que el Ser Esencial nos habita a todos y nos exige una actitud de presencia total. Que todos sepan que somos Nazios Pa Meditar, no para amargarnos la vida.
Porque lo normal es cultivar nuestro espíritu, nuestra sabiduría, crecer interiormente, abrirnos a la Presencia de lo Intangible. Porque nuestra vida tiene un sentido mucho más allá de TV3 y de Doctor House (por cierto, me gustó el último capítulo).
Así que no os cortéis, mostrad que todos hemos nacido para meditar, que no somos bichos raros, que lo normal, es vivir la vida en toda su plenitud y esto significa ser espirituales.
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